
Hace unos días, se denunció en redes sociales, que una marca de ropa exclusiva, de nombre BALENCIAGA, exponía a niños menores de edad con artículos sadomasoquistas en una de sus campañas publicitarias. Tristemente, fueron muy pocos los medios de comunicación que lo denunciaron. En ésta, se exhibían a varios niños muy pequeños con osos de peluche que vestían de una manera muy peculiar: tiras de cuero, cadenas, chokes (collares de fijación), candados y muñequeras de piel. La verdad es que no podía creerlo… Me metí a la página de dicha compañía y pude descargar tres fotografías. En ellas se podía observar a pequeñitos que miraban la cámara de manera tímida, usando ropa de la marca. En dos fotografías, las niñas sostienen un osito de peluche que viste de manera “sado”. En la fotografía del niño, el oso está en el piso, cerca de él, y alrededor de la recámara se pueden observar dibujos muy raros y sombríos.
Exponer a los pequeños más inocentes con artículos sadomasoquistas es algo que está mal. No se debe normalizar el contacto de menores con este tipo de artículos… no es correcto normalizar esta hipersexualización. La misma población de internautas empezó a denunciar que en la misma campaña, había más elementos perturbadores. Estos niños a su vez estaban rodeados de latas de cerveza, copas de vino y comederos para perros con púas (comederos que usan ciertas personas con parafilias sexuales en sus prácticas de sometimiento). Además, en otras fotografías se encontraron dos elementos muy raros:
• Debajo de una bolsa, se podía leer una parte de la página 11 de la sentencia de la Corte Suprema de los Estados Unidos, denominada Ashcroft vs. Free Speech Coalition del año 2002.
• Detrás de una de las modelos se puede ver un libro del pintor belga Michael Börremans.
Es necesario aclarar el trasfondo de estos dos elementos. La sentencia de la Corte denominada Ashcroft vs. Free Speech anuló en el año 2002 dos disposiciones de la Ley de Prevención de la Pornografía Infantil de 1996, porque restringían “la libertad de participar en una cantidad sustancial de expresión lícita”. Los querellantes, quienes eran productores de material pornográfico, reclamaban que dicha ley era demasiado ambigua y que se les estaba limitando en su libertad de expresión, ya que en la pornografía infantil digital y en la pornografía entre jóvenes adultos no había niños reales. La Corte Suprema les dió la razón. La sentencia dictaminó que sí se les limitaba en su libertad de exrpresión, ya que en la pornografía digital no había un infante real, y que en la pornografía con adultos jóvenes que parecían menores de edad, tampoco se estaba cometiendo un delito.
Del pintor Michael Börremans, lo único que puedo recalcar, es que en su quehacer existe un libro denominado “Fire from the Sun”. En dicho libro, podemos encontrar varias de sus pinturas, en las cuales aparecen niños desnudos en situaciones muy sombrías y tristes: llenos de sangre, con partes de cuerpos en aparentes actos de canibalismo. Lamentablemente vivimos en una época, en donde la abominación y la degradación son llamadas “obras de arte”.
Después de la denuncia de los cibernautas, la compañía vació su Instagram y emitió un comunicado en donde se disculpaba. El fotógrafo de la campaña se disculpó y explicó que él no dispuso de la mercancía ni de los menores. Que simplemente siguió órdenes. El director creativo de la compañía de nombre Demna Gvasalia también se disculpó, aunque es importante resaltar qué el es el responsable de las campañas de la marca. El CEO, de nombre Cedric Charbit mudo… Ahora sí, varios medios de prensa reportaron que BALENCIAGA borró su campaña publicitaria y se disculpó por haber expuesto a los niños con material sado, así como haber puesto documentos sensibles como trasfondo a su campaña.
Lo único que puedo pedirle al lector, es que reflexione conmigo.¿Qué se quiso promover y que nos mostraron entre líneas? Francamente, yo no entiendo…(Alejandra Yáñez Rubio/Conciencia y Derechos Humanos)