
+ La deuda bancaria del estado, más el “Pasivo circulante”, ascienden a de 25 mil 849.9 millones de pesos. Un boquete 25 por ciento mayor al que heredó Carlos Joaquín de su antecesor, Roberto Borge
Cancún, Quintana Roo. – Mara Lezama se encontró con un enorme `hoyo negro´ en los informes financieros de la administración de su antecesor, Carlos Joaquín González.
Se trata de información que se está conociendo apenas, ya cuando el periodo de la gobernadora se encuentra en marcha, y a unos meses del cierre del año y del ciclo fiscal.
Esos `números rojos´, corresponden a una modalidad que halló el equipo de finanzas de Carlos Joaquín, para ir cumpliendo con los compromisos de largo plazo (financiamiento bancario con varias entidades: banca comercial y/o de desarrollo), que presionan con el aumento de tasas de interés y penalizaciones por incumplimiento.
Y en contraste, eludió por completo y por largos periodos, de hasta dos y casi tres años, el pago a acreedores comerciales, cuentas por pagar y otras deudas de corto plazo, donde los afectados no tienen la capacidad de penalizar por los impagos.
La duda en el gobierno de Mara Lezama, es cómo abordar ese grave problema a unos meses de que termine el año. El dilema es tratar de auditar rápidamente para cribar lo que se debe o no pagar, o incluso renegociar pasivos con acreedores. Una tarea para un financiero, pero también para una persona con capacidad de operación política.
Para que se entienda: el gobierno de Quintana Roo sencillamente no pagó la proveeduría y numerosas cuentas por pagar, desde 2020, 2021 y lo que le restó del 2022.
Según un reporte de HR Ratings, con información de la calificadora Fitch Ratings, el gobierno de Quintana Roo arrastra desde el 2020 ese “Pasivo circulante”, que ascendía al cierre de ese año a cuatro mil 918.3 millones de pesos; en 2021 cerró con cinco mil 568.9 millones de pesos, y en este 2022 proyectó que la cifra rondará los seis mil 568.9 millones de pesos.
No se sabe si a esta deuda con proveedores, se debe sumar la de 600 millones de pesos que enfrenta el Consejo de Promoción Turística de Quintana Roo, o bien, si está incluida. Los reportes de Fitch Ratings y de HR Ratings no lo precisan.
PASIVO CIRCULANTE, ES EN REALIDAD DEUDA DE CORTO PLAZO CON PROVEEDORES
La valuación de ese boquete, que presiona con fuerza el Margen Operativo (MO), del gobierno y el cumplimiento en adelante de compromisos de largo plazo, se estima en un monto superior a los seis mil 589 millones de pesos, que ya hacen, sumado a la deuda bancaria de 19 mil 281 millones de pesos, un total de 25 mil 849.9 millones de pesos.
Eso es mayor en un 25 por ciento de la deuda que heredó Carlos Joaquín de su antecesor, Roberto Borge Angulo.
En ese “pasivo circulante”, se incluyen “Provisiones a corto plazo, otras deudas de corto plazo y acreedores comerciales y otras cuentas por pagar”.
FINANZAS CON CALIFICACIÓN ‘BBB-(mex)’, CON RIESGO `MÁS DÉBIL´
La calificadora financiera, Fitch Ratings, ratificó apenas en junio pasado la calificación de largo plazo en escala nacional de las finanzas del estado de Quintana Roo en ‘BBB-(mex)’; es decir, que su “Perspectiva crediticia se mantiene a Estable”.
Sin embargo, la calificación está comprometida al cumplimiento de esos compromisos de corto plazo.
De acuerdo con las normas operativas, el “Pasivo circulante”, se debe cubrir, para considerarse en esa modalidad, antes de un año. Es decir, antes del cierre del 2022, o bien antes del término del cierre fiscal, que es mediados de abril de 2023.
En junio pasado, Fitch Ratings ratificó la calificación de largo plazo en escala nacional del estado de Quintana Roo en ‘BBB-(mex)’, la Perspectiva crediticia se mantiene a Estable.
Este fue el reporte:
Ingresos (Adaptabilidad) – ‘Más Débil’: Fitch considera que la flexibilidad para ajustar el ingreso es ‘Más Débil’ debido a la dependencia alta de transferencias nacionales. Lo anterior es una característica estructural de las entidades subnacionales mexicanas debido a la descentralización fiscal. Para Fitch, en un contexto internacional, los gobiernos subnacionales en México presentan una capacidad baja de recaudación local y una autonomía fiscal limitada, lo cual dificulta compensar una caída en ingresos federales mediante un esfuerzo recaudatorio mayor. Al cierre de 2021, los impuestos de Quintana Roo representaron 15.1% de los ingresos totales (promedio últimos tres años: 13.5%), lo que es adecuado considerando que la mediana para el grupo de estados calificados por Fitch (GEF) al último año disponible fue de 6.2%.
Gasto (Sostenibilidad) – ‘Más Débil’: Los MO del Estado mantuvieron su comportamiento volátil y en niveles bajos. En los últimos tres años el MO promedió 0.3% (mediana de BBB: 7.3%), afectado por el resultado deficitario en 2020 derivado de la reducción en los ingresos y presiones en el gasto incurrido a causa de la pandemia. Sin embargo, para 2021 se observa una recuperación en la generación de MO, con un indicador de 1.8%. En su escenario de calificación para 2022 a 2026, Fitch estima un MO promedio de 1.9%.
Gasto (Adaptabilidad) – ‘Más Débil’: Fitch considera que la flexibilidad de la entidad para ajustar el gasto es limitada. En un escenario de un ciclo económico bajo, la capacidad de ajuste se observa en la proporción del gasto de capital, ya que podría ajustarse discrecionalmente o someterse a reducciones en caso de ser necesario. En los últimos tres años, el gasto de capital de Quintana Roo promedió 2.9% del gasto total, mientras que el gasto operativo (GO) representó 91.2%, combinación de métricas que se mantiene negativa para la evaluación de Fitch, al ubicarse por debajo de los parámetros establecidos para el GEF. La mayoría de las necesidades de infraestructura en el Estado se financian mediante deuda y recursos federales etiquetados.
Pasivos y Liquidez (Solidez) – ‘Rango Medio’: El marco institucional nacional establece reglas prudenciales para controlar el endeudamiento y Fitch considera que es moderado. Al cierre de 2021, el saldo de la deuda directa de largo plazo estaba compuesto por MXN19,281.1 millones de créditos de largo plazo, además de MXN148.3 millones del Programa de Financiamiento para la Infraestructura y la Seguridad en los Estados. La deuda estatal de largo plazo está contratada con diversas instituciones financieras de banca comercial y banca de desarrollo fideicomitida y, además, cuenta con instrumentos derivados de tasa de interés, lo que brinda certidumbre ante el pago del servicio de la deuda. (Fuente:callejotv.com)