
Intentaremos teclear algunas impresiones de los momentos políticos electorales en ciernes, debido a la disputa por los 11 ayuntamientos y 4 diputaciones federales en nuestra patria chica. Ahora, esa fiesta electoral se puede ver por las redes sociales, de amplia cobertura en Quintana Roo, pero no se pierde nada interesante.La calidad del formato es pésima, los protagonistas de baja capacidad ideológica y formativa. Sin alguna autoridad moral y política para la competencia y desempeño si llegaran a triunfar. Solamente un show complaciente para algunos empresarios de medios y para el IEQROO. ¡Así no contribuyen con la democracia!
Para principiar, “el debate es una técnica de comunicación que consiste en la confrontación de ideas u opiniones diferentes sobre un tema determinado. La palabra, como tal, procede del verbo debatir, y este a su vez del latín debattuĕre, que significa ‘discutir’, ‘combatir’”.
Pero esa definición conceptual no se puede ver en el pobre espectáculo circense organizado por el árbitro electoral. Creemos que no tienen alguna idea para ese tipo de técnica y, si la tienen, la circunscriben a sus caprichos con tantos exponentes con pocos conocimientos para leer un pliego de buenas intenciones. Ellos le denominan propuestas, pero la verdad, bien parecen “sueños guajiros”, por lo irrealizable y onírico. Para comenzar sí son buenas mentiras.
En otras épocas, el Circo Atayde Hermanos era de mejor calidad que estos pobres y mal hechos montajes, con poco atractivo por la eficacia de los protagonistas. Mucho desorden, al grado que ni para los mismos aspirantes significa otro encanto para seducir a los votantes. Trasciende más como un negocio para organizadores y medios de comunicación que para electores y candidatos. ¿Qué complicidad económica se oculta en este show?
Es tan pobre ese rol que para cualquiera de los liliputienses participantes sale de ese espectáculo pronunciándose ganador, como si esa manifestación le ofreciera algún impacto positivo, aunque ya todos los quintanarroenses conocen los vicios de corrupción que los anima a esa competencia. ¿A quienes pretenden engañar con la lectura de un decálogo de buenas intenciones?
Por otra parte, ¿cuál es la finalidad de llevarlos hasta la capital del estado?, cuando bien se puede realizar este show circense en cada región municipal. ¿Para qué concentrar tal evento en la ciudad de Chetumal? Todo este acarreo significa pérdida de tiempo y de recursos económicos que bien se pudieron invertir en sus lugares de competencia. Los recursos fueron aportados por los quintanarroenses… !recuérdenlo!
Faltan menos de 15 días para la conclusión del tiempo de campaña y esta no ha levantado expectativas entre el electorado. Pareciera que los quintanarroenses ya saben por quién van a votar y poco atractivo reviste el proceso electoral. Entonces, ¿para qué realizar estos shows? ¡A los quintanarroenses ya no los engañan con estas payasadas!
Además, nada ni nadie compromete legalmente el cumplimiento del listado de buenas intenciones recitado en el magro espectáculo circense. ¿Para qué leer un listado de promesas que nadie cumplirá en el caso de triunfar? ¿Por qué el árbitro electoral sirve de cómplice a partidos y candidatos en la pobreza del show? ¿Qué gana el IEQROO y todo el aparato electoral con la complacencia del circo debatíbolo? Porque los ciudadanos, sí salen perdiendo con tantas mentiras mal pronunciadas. Y claro, reprueban el espectáculo circense de muy baja calidad.
PD.- “Circo es un espectáculo artístico, normalmente itinerante, puede incluir acróbatas, contorsionistas, equilibristas, escapistas, forzudos, hombres bala, magos, malabaristas, mimos, monociclistas, payasos, titiriteros, tragafuegos, tragasables, trapecistas, ventrílocuos y zanqueros”.(Con información de: www.facebook.com/viborianuscolumna)