Ajuste de Cuentos
El Poder Judicial de Quintana Roo padece uno de sus peores momentos, incluso peor que el encabezado por el cozumeleño Fidel Villanueva Rivero, ya que cinco meses de que el abogado yucateco Heyden Cebada Rivas asumiera el cargo su nula experiencia en impartición de justicia ha permitido que 𝐩𝐞𝐫𝐬𝐨𝐧𝐚𝐣𝐞𝐬 𝐬𝐢𝐧𝐢𝐞𝐬𝐭𝐫𝐨𝐬 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐂𝐚𝐫𝐥𝐨𝐬 𝐋𝐢𝐦𝐚 𝐂𝐚𝐫𝐯𝐚𝐣𝐚𝐥 𝐲 𝐌𝐚𝐫𝐢𝐨 𝐀𝐠𝐮𝐢𝐥𝐚𝐫 𝐋𝐚𝐠𝐮𝐚𝐫𝐝𝐢𝐚 𝐬𝐞 𝐡𝐚𝐲𝐚𝐧 𝐫𝐞𝐚𝐟𝐢𝐫𝐦𝐚𝐝𝐨 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐞𝐥 𝐩𝐨𝐝𝐞𝐫 𝐭𝐫𝐚𝐬 𝐞𝐥 𝐭𝐫𝐨𝐧𝐨.
Prueba de la desesperación que invade a Heyden Cebada, es la controversia constitucional que interpuso ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) en contra de la gobernadora Mara Lezama y del Congreso del estado, contra el decreto que faculta a la mandataria de Morena a reducir presupuestos a los órganos autónomos y los Poderes del estado.
Pero Heyden con su maniobra pretende recuperar el respeto de los jueces y magistrados, regresándoles el 10 por ciento del sueldo que les fue recortado desde el pasado mes de enero.
Controversia que según 𝐚𝐥𝐠𝐮𝐧𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐬𝐮𝐬 𝐚𝐩𝐥𝐚𝐮𝐝𝐢𝐝𝐨𝐫𝐞𝐬 𝐞𝐬 𝐮𝐧𝐚 𝐦𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐚 𝐝𝐞 “𝐥𝐚 𝐢𝐧𝐝𝐞𝐩𝐞𝐧𝐝𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚 𝐝𝐞𝐥 𝐏𝐨𝐝𝐞𝐫 𝐉𝐮𝐝𝐢𝐜𝐢𝐚𝐥”, 𝐜𝐨𝐬𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐬 𝐮𝐧𝐚 𝐭𝐨𝐭𝐚𝐥 𝐯𝐚𝐜𝐢𝐥𝐚𝐝𝐚, 𝐲𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐥 𝐚𝐛𝐨𝐠𝐚𝐝𝐨 𝐲𝐮𝐜𝐚𝐭𝐞𝐜𝐨 𝐞𝐬 𝐜𝐫𝐞𝐚𝐜𝐢ó𝐧 𝐭𝐨𝐭𝐚𝐥 𝐝𝐞 𝐌𝐚𝐫𝐚 𝐋𝐞𝐳𝐚𝐦𝐚, ya que ella lo sacó de su notaría 62 para convertirlo en Síndico municipal en Cancún, magistrado y de inmediato titular del Poder Judicial, pese a no contar con una carrera judicial y pisoteando la trayectoria de muchos homólogos que si cubrían el perfil para ocupar la posición.
Esta improvisación en el Tribunal Superior ya está pasando factura, ante el desconocimiento total de las áreas y sobre todo la presión que ejercen los jueces y magistrados provenientes del viejo PRI y sembrados por los gobernadores Félix González Canto y Roberto Borge Angulo. Polémicos magistrados como Carlos Lima Carvajal y el chetumaleño Mario Aguilar Laguardia toman las decisiones importantes y operan política y judicialmente los problemas que llegan al Tribunal Superior de Justicia.
𝐔𝐧𝐚 𝐦𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐚 𝐝𝐞𝐥 𝐩𝐨𝐝𝐞𝐫 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐣𝐞𝐫𝐜𝐞𝐧 𝐞𝐬𝐭𝐨𝐬 𝐩𝐞𝐫𝐬𝐨𝐧𝐚𝐣𝐞𝐬 𝐪𝐮𝐞𝐝ó 𝐩𝐥𝐚𝐬𝐦𝐚𝐝𝐚 𝐝𝐞𝐬𝐝𝐞 𝐞𝐥 𝐦𝐢𝐬𝐦𝐨 𝐝í𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐇𝐞𝐲𝐝𝐞𝐧 𝐂𝐞𝐛𝐚𝐝𝐚 𝐟𝐮𝐞 𝐞𝐥𝐞𝐜𝐭𝐨 “𝐩𝐨𝐫 𝐮𝐧𝐚𝐧𝐢𝐦𝐢𝐝𝐚𝐝”. En ese episodio el chetumaleño Mario Aguilar al igual que sus compañeros depositó su voto en urna, pero mostró su rechazo a la imposición del arribista yucateco no posando para la foto, a diferencia de sus homólogos. Esta imagen el orgulloso Heyden la presume en sus redes sociales y en la del Poder Judicial.
A falta de ideas en el Poder Judicial y buscando congraciarse con el magistrado Laguardia, el 𝐏𝐨𝐝𝐞𝐫 𝐉𝐮𝐝𝐢𝐜𝐢𝐚𝐥 𝐚 𝐩𝐚𝐫𝐭𝐢𝐫 𝐝𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐞 𝐚ñ𝐨 𝐫𝐞𝐯𝐢𝐯𝐢ó 𝐞𝐥 𝐜𝐚𝐧𝐚𝐥 𝐝𝐞 𝐧𝐨𝐭𝐢𝐜𝐢𝐚𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐝𝐞𝐬𝐝𝐞 𝐞𝐥 𝟐𝟎𝟐𝟏 𝐞𝐥 𝐜𝐡𝐞𝐭𝐮𝐦𝐚𝐥𝐞ñ𝐨 𝐢𝐦𝐩𝐮𝐥𝐬ó 𝐜𝐨𝐧 𝐥𝐚 𝐚𝐲𝐮𝐝𝐚 𝐝𝐞 𝐮𝐧 𝐠𝐫𝐮𝐩𝐨 𝐝𝐞 𝐣ó𝐯𝐞𝐧𝐞𝐬 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐡𝐞𝐫𝐫𝐚𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐚 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐢𝐫 𝐩𝐨𝐫 𝐥𝐚 𝐩𝐫𝐞𝐬𝐢𝐝𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚 𝐝𝐞𝐥 𝐭𝐫𝐢𝐛𝐮𝐧𝐚𝐥.
Pero con este proyecto están tirando dinero a la basura, ya que en lugar de buscan combatir el rezago de expedientes y la mala percepción que tiene la población de jueces y magistrados, con un informe semanal de noticias amañadas pretenden hacerle la competencia al elefante blanco del gobierno, llamado Sistema Quintanarroense de Comunicación Social (SQCS).
La misma situación prevalece con 𝐂𝐚𝐫𝐥𝐨𝐬 𝐋𝐢𝐦𝐚 𝐂𝐚𝐫𝐯𝐚𝐣𝐚𝐥 “𝐞𝐱𝐩𝐞𝐫𝐭𝐨 𝐞𝐧 𝐭𝐞𝐦𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐝𝐞𝐬𝐩𝐨𝐣𝐨𝐬” 𝐲 𝐜𝐨𝐧 𝐮𝐧 𝐜𝐨𝐬𝐭𝐚𝐥 𝐝𝐞 𝐝𝐞𝐧𝐮𝐧𝐜𝐢𝐚𝐬 𝐝𝐞𝐬𝐝𝐞 𝐪𝐮𝐞 𝐟𝐮𝐞𝐫𝐚 𝐭𝐢𝐭𝐮𝐥𝐚𝐫 𝐝𝐞𝐥 𝐑𝐞𝐠𝐢𝐬𝐭𝐫𝐨 𝐏ú𝐛𝐥𝐢𝐜𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐏𝐫𝐨𝐩𝐢𝐞𝐝𝐚𝐝 𝐲 𝐡𝐚𝐬𝐭𝐚 𝐥𝐚 𝐟𝐞𝐜𝐡𝐚, aunque hay que reconocer que pese a sus negros antecedentes es muy bueno como abogado. Muestra de ello es que ni el Congreso del estado pudo impedir su reelección.
Es secreto a voces que antes y durante la campaña a la gubernatura fue quien operó los temas difíciles como los expedientes de Laura Fernández Pïña –retadora de Mara Lezama en el choque por la gubernatura – y sacó del camino a aspirantes como Roberto Palazuelos, el Diamante Negro.
𝐄𝐥 𝐛𝐨𝐫𝐠𝐢𝐬𝐦𝐨 𝐲 𝐞𝐥 𝐟𝐞𝐥𝐢𝐱𝐢𝐬𝐦𝐨 𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞𝐧 𝐞𝐥 𝐜𝐨𝐧𝐭𝐫𝐨𝐥 𝐝𝐞𝐥 𝐏𝐨𝐝𝐞𝐫 𝐉𝐮𝐝𝐢𝐜𝐢𝐚𝐥 𝐲 𝐇𝐞𝐲𝐝𝐞𝐧 𝐞𝐬 𝐮𝐧 𝐧𝐨𝐯𝐚𝐭𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨 𝐬𝐨𝐥𝐨 𝐝𝐞𝐬𝐜𝐨𝐧𝐨𝐜𝐞 𝐞𝐥 𝐟𝐮𝐧𝐜𝐢𝐨𝐧𝐚𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐣𝐮𝐳𝐠𝐚𝐝𝐨𝐬, ya que nunca litigó en su vida. Su soberbia puede ocasionar un caos político si no le pone un alto y por ello urge un manotazo en la mesa del Poder Judicial, no palos de ciego como pretende dar el yucateco con la controversia constitucional para intentar tomar el control, enviando un mal mensaje en el cuartel general de la 4T y ante la opinión pública. (Tomado del muro de facebook de Ángel Solís)
